Tres poderosos testimonios reflejan el sentir profundo de una comuna que lleva décadas esperando un hospital público e intercultural que responda a las necesidades de todo el territorio.
Jorge Hueque, werken del Parlamento Mapuche de Coz Coz, recalcó la unión de las organizaciones sociales, la municipalidad y las mesas de salud para exigir este anhelado hospital. «Nuestra gente también se enferma. Nuestras machis y sanadores tienen mucho que aportar en este sueño colectivo. Es momento de que el Estado escuche», destacó.
Desde Liquiñe, una de las dirigentas del CODELO se sumó al llamado con fuerza. “No aceptamos un preestudio. Queremos que se reintegren los recursos recortados y que este mismo año se inicie la etapa de diseño del hospital, como estaba comprometido», señaló.
Finalmente, una abuela de Chauquén de avanzada edad fue un ejemplo para todos los asistentes hablando desde el corazón y la experiencia. “Venimos a luchar por lo que nos han negado. Llevamos años luchando por un hospital para que tengamos la bendición de tener sanidad», confesó.
Las voces de Panguipulli, desde sus comunidades mapuche hasta sus sectores más alejados, coinciden en un solo mensaje: el hospital es un derecho, no un favor. La urgencia de la salud no puede seguir esperando.